martes, 3 de abril de 2012

El rescate de un perro… de peluche

La vida ya no es lo que era. Hace años tener un Tamagotchi era lo último en mascotas virtuales (ridículo comparado con los perros esos que atienden tus órdenes dentro de la consola) y las gafas ésas con un cristal (de plástico) verde y otro rojo nos hacían sentirnos dentro de un universo paralelo en 3D.

Desgraciadamente hemos ido evolucionando los sistemas hacia un realismo de verdad, capaz de hacerte dudar de si lo que estás viendo es cierto o no…

Hace unos días el británico Gordon Williams, de 80 años, dejó aparcado su Mercedes y se fue a hacer unos recados. Dentro quedó su peluche Little Willy, uno de esos perros de juguete que simulan la respiración de los perros de verdad. Un transeúnte que pasaba por allí vio al cachorro en el asiento trasero del coche y debió pensar: “Rayos… ¡se asfixia el perro!"

El transeunte llamó a la Policía de Nottinghamshire (Reino Unido), localidad en la que sucedieron los hechos, para alertar de esta emergencia. Pensas que el tipo era un pobre diablo despistado que no distinguiría un capítulo de Padre de familia (Family Guy) de uno American Dad. Puede ser, pero en ese caso los pobres diablos son también los policías, que llegaron al coche y reventaron la ventanilla, según publica la BBC.

Una vez roto el cristal, se dieron cuenta de que estaban rescatando un perro de peluche. No quiero ni imaginar cuál sería la cara de los pobres agentes, mirándose el uno al otro y diciendo “madre mía la hemos cagado”. Ahora están discutiendo qué compensación le dan al pobre Gordon por destrozarle una ventana.

Esto en Argentina no sucedería. Primero porque si pasa alguien junto a un Mercedes en lo último que piensa es en si hay un perro dentro, segundo porque si lo ve y llama a la Policía igual los encuentras en la hora del almuerzo y tercero porque si al final van los agentes y revientan la ventana en lo último que piensan es en compensar al hombre. Nace ahí la reacción natural del cerebro argentino que degenera en:

1. Estaba así cuando llegué.

2. La culpa es suya, por tener un peluche tan realista

3. Si tiene un Mercedes, puede pagárselo

Tampoco creo que en Argentina el dueño del vehículo reaccionara como lo ha hecho Gordon, para quien las autoridades actuaron correctamente. “Little Willy (la mascota en cuestión) es muy realista y si no estaban seguros, hicieron bien porque no queremos que mueran más perros en los coches por culpa del calor”. Vivir para ver.

PD: “Supongo que se sentirían idiotas”, dijo Gordon. No le falta razón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario